martes, 23 de febrero de 2016

El Jefe & Ana


2

Habiendo presentado el telegrama de renuncia y ya por retirarme a mis vacaciones para no volver a la institución, estimado, le escribo para apuntarle algunas cosas sobre mis años en la empresa bajo su ala.
En primer lugar, agradecerle el apoyo incondicional tanto en lo profesional, para que pudiera crecer acá adentro, como en lo personal cuando pasé por momentos difíciles. Sé que tomó decisiones que lo pusieron en una posición complicada o por lo menos incómoda para con los directores, y valoro muchísimo que lo haya hecho por mí.
También quiero felicitarlo por su capacidad para liderar, motivarnos, mantenernos estimulados y hacer que tengamos ganas de venir a trabajar, trabajar a la par, por la paciencia para explicarnos, todo.
Con gusto vendré en marzo para la pertinente inducción de mi reemplazo, pero antes quisiera hacerle una pregunta un tanto “fuera de protocolo”. Puede esquivarla si lo tensa o le parece inapropiada, a mí no me queda más remedio que, después de años de verlo ir y venir, charlas, reuniones y comidas, dejársela acá:
Ahora que ya no trabajamos juntos, que ya no sos mi superior, ¿podés invitarme a tomar algo?
De mi mayor consideración,
Ana.



Estimada Ana,
Ha sido un enorme placer trabajar con una persona tan dedicada y entusiasta como usted, ha sabido facilitar mi labor con su actitud emprendedora y entusiasta en innumerables oportunidades. Me encargué personalmente de redactar excelentes referencias, con sinceridad espero que su futuro fuera de la empresa le traiga el crecimiento que tanto desea y merece. Será una pérdida significativa para el sector pero no podemos sino contentarnos con su nueva oportunidad.

Ahora bien, Ana.
Adiós, usted. Hola, vos.
Tengo ganas de invitarte a tomar algo hace más de un año, siempre sentí una atracción enorme. Sos una hermosa persona por fuera, por dentro, por los costados y de arriba para abajo. Lamentablemente mi realidad es un Tetris en el que trato de encastrar obligaciones, ocio y placer, sin ningún éxito. Me gustaría explicarte con detalles para que entiendas por qué materializar una invitación está fuera de mi alcance, por lo menos en este momento (o dentro de los próximos 11 años).
Como ya sabés, tengo una hija, Dolores. Con sus apenas 7 años es el sol de mi vida, la razón por la que no me permito caer, mi fuente de energía. Como ya también sabés, soy viudo, la mamá de Dolo nos dejó cuando ella nació. A partir de ese momento me hice cargo de mi hija con el orgullo de quien recibe el regalo más hermoso que podría tener. Tuve y tengo un equipo de ayuda valioso, mis viejos me dan una mano bárbara, mi hermana es de fierro y también hay una niñera que ya forma parte de la familia. Entre todos nos organizamos, porque lamentablemente mi trabajo es muy demandante (si lo sabrás, si me habrás escuchado putear en la oficina) y no me permite pasar tiempo suficiente con mi hija. Apenas puedo prepararle la cena y acostarla a la noche durante la semana, y disfrutarla los sábados y domingos. Sufro una culpa constante. Iría al psicólogo, pero es una hora menos que podría pasar con ella.
Todo este preámbulo es para explicarte que no puedo invitarte a tomar algo porque me es realmente difícil encontrar tiempo libre para mí. Me encantaría (te juro que me encantaría) llevarte a cenar y caminar por Puerto Madero, compartir tiempo a solas con vos, conocer todas tus caras. Pero para darme ese lujo tendría que pedir que cuiden a Dolo, lo cual no sería un inconveniente una única vez, pero… ¿y si quiero repetir? Tener que depender de otras personas para poder verte sería frustrante para ambos.
Me sería imposible iniciar una relación en este momento, y vos no sos una mina para una cita. Cuando la nena sea más grande y empiece a salir, calculo que ese será mi momento para rehacer mi vida. Ahora acepto mi realidad y trato de que a Dolores no le falte nada, sobre todo amor y cuidado.

Vos te merecés a un tipo que pueda dedicarte todo su tiempo y atención; no a uno que te lleve al cine a la tarde a ver una película infantil junto a su hija, para terminar comiendo bajo la luz violeta de McDonald’s.
Espero que me puedas entender. Sos maravillosa.

De mi mayor consideración,
El Jefe.



Entiendo, y admito que es hermoso leer a un hombre tan dedicado a hacer feliz a una mujer, así ésta tenga 7 años. Ya con los dos pies afuera entonces, mi consejo es que te cuides; porque a Dolo la pueden contener y ayudar entre todos, y ella tiene toda una vida por armar; pero si vos no te cuidás, por vos no lo va a hacer nadie. Todos necesitamos cariño y que nos mimen, eso no cambia con la edad.
Cuando tenía 9 quería que Patricio fuera mi novio y cuando tenía 14 quería que Gustavo me invitara a salir, y a los 20 si no dormía con Daniel, no dormía. Esto no me deja muy bien parada pero, de vuelta, con los dos pies afuera mucho no importa. Lo que quiero apuntarle, estimado, es que siempre necesitamos ese tipo de amor y cuidados, no es algo que dependa de uno y que se pueda postergar. A lo sumo se acumula.
Lamento que no hayas siquiera querido saber si tengo ganas de ir al cine a las 3 de la tarde, ni si pido nuggets o cajita feliz. Lo lamento mucho.
Ojala pueda ordenarse y disfrutar de otras cosas además de la hermosa Dolores. Por cierto, mándele saludos y dígale que me llevé todos los dibujos que me hizo. Minga que se los dejaba a Marisa.
A.


Estimada A.,
Déjeme adivinar: nuggets. Con mayonesa. Poca. Y tiene más cara de Sprite que de Coca. Zero, por supuesto.

Yo no puedo invitarla a ver una película infantil, simplemente no puedo. Me va a decir que sí de compromiso y no quisiera tolerar la culpa de hacerle perder una tarde. No es que crea que usted es de las sumisas que no saben dar un “no” como respuesta, al contrario, su impronta y audacia es lo primero que sobresale de su personalidad. Pero a la vez tiene un corazón tan noble que sería incapaz de recharzame para tal plan.
Bueno, ahí voy.
Resulta que el sábado a la noche Dolo organizó un piyama party en casa con sus dos primas, que son un poquito más grandes. Me ofrecí a hacerles pizzas a la parrilla, pero no sé hacer pizzas.
Por esas casualidades, ¿usted sabe?
Porque podría venir a darme una mano mientras las chicas juegan en el parque, tenemos una pileta a disposición si desea gozar de nuestras instalaciones. Yo pasaría a buscarla por su domicilio y luego la llevaría de regreso.

Por favor no sienta esto como una obligación y desde ya espero no estar siendo impertinente.
Prefiero pasar a la historia como el boludo que te invitó a un plan de mierda un sábado a la noche, a que por un segundo se te ocurra pensar que no muero de ganas de estar con vos.
La saludo muy atentamente en esta noche calurosa de Buenos Aires.
EJ.


Con gusto buscaré millones de recetas e instrucciones para hacer pizzas a la parrilla e iré el sábado fingiendo saber mientras intento no saltar ninguno de los pasos que habré memorizado.
Lo he hecho mil veces en el trabajo y mi jefe ni enterado así que tiene que funcionar.
Espero coordenadas por whatsapp. Póngase lindo, estimado, que tiene una reunión pendiente.
Ana :)
(Y, por cierto, antes muerta que mayonesa).


“Usted no sabe en lo que se está metiendo, pero sea muy bienvenida, nos deseo lo mejor.” Recuerdo haber usado esa frase en su primer día de trabajo.
Qué linda que es. Qué linda.

https://nomeolvidedevos.wordpress.com/2016/02/23/el-jefe-ana/comment-page-1/#comment-361 

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Vengas cuando vengas

  https://www.wattpad.com/user/Carmonasi