Comienzo a despertar y aún con los ojos cerrados siento que unos labios recorren mi espalda, y unas manos acarician mis caderas.
El peso de un cuerpo se posa sobre el mío y el de sus senos recae sobre mi espalda.
Unas piernas que lenta y dulcemente se unen a las mías, y un susurro se deja colar en mi oído: “No abras los ojos, déjate llevar”
Sus rodillas separan levemente mis piernas y su mano en mi cintura deslizándose hacia mi vientre me hace estremecer. Siento su respiración acelerarse en mi oído a la vez que deja escapar un leve gemido que me excita.
Su otra mano toma mis brazos por encima de mi cabeza haciéndome presa de su deseo.
La mano de mi vientre se comienza a deslizar, mi humedad aumenta con cada movimiento y mi cuerpo se acelera al ritmo de su respiración.
Siento sus dedos llegar al exterior de mis labios y con un movimiento circular comienza a separarlos. Mi humedad le facilita el trabajo.
Sus dedos alcanzan mi clítoris ya enrojecido, siento que toda mi sangre se concentra en él. Lo acaricia a la vez que sus dientes se hincan en mi hombro y un gemido me hace estremecer.
Sus caderas empiezan a moverse y siento su humedad correrse por entre mis muslos. Ya sus dedos se encuentran en mis profundidades arrancándome espasmos involuntarios, mi cuerpo se contrae y mis piernas se encalambran.
Siento su firmeza, sus labios susurrándome al oído, sus senos en mi espalda, sus caderas sobre las mías, sus dedos hurgando en lo profundo.
Un frío comienza a recorrerme la espina dorsal, mi cuerpo entero se tensa y eso le da la señal de que ya el momento se acerca. Aplica presión, no cede, no deja de moverse.. Su respiración se entre corta a la vez que me pide que me venga.
Los dedos de los pies se me crispan, comienzo a sentirlo desde ellos subiendo por mis piernas, explotando en mis caderas acompañándolo de un grito ahogado
Abro mis ojos sólo para darme cuenta que ella no está ahí, estoy sola en la cama, desnuda y transpirando. Me siento nerviosa. No entiendo.
La busco y no la encuentro. Finalmente escucho su voz, muy lejos, pero la escucho. Revuelvo las sábanas, siento que proviene de ahí.
Se encontraba al otro lado del teléfono…
http://lesbosutra.tumblr.com/post/33680931120/despertar
El peso de un cuerpo se posa sobre el mío y el de sus senos recae sobre mi espalda.
Unas piernas que lenta y dulcemente se unen a las mías, y un susurro se deja colar en mi oído: “No abras los ojos, déjate llevar”
Sus rodillas separan levemente mis piernas y su mano en mi cintura deslizándose hacia mi vientre me hace estremecer. Siento su respiración acelerarse en mi oído a la vez que deja escapar un leve gemido que me excita.
Su otra mano toma mis brazos por encima de mi cabeza haciéndome presa de su deseo.
La mano de mi vientre se comienza a deslizar, mi humedad aumenta con cada movimiento y mi cuerpo se acelera al ritmo de su respiración.
Siento sus dedos llegar al exterior de mis labios y con un movimiento circular comienza a separarlos. Mi humedad le facilita el trabajo.
Sus dedos alcanzan mi clítoris ya enrojecido, siento que toda mi sangre se concentra en él. Lo acaricia a la vez que sus dientes se hincan en mi hombro y un gemido me hace estremecer.
Sus caderas empiezan a moverse y siento su humedad correrse por entre mis muslos. Ya sus dedos se encuentran en mis profundidades arrancándome espasmos involuntarios, mi cuerpo se contrae y mis piernas se encalambran.
Siento su firmeza, sus labios susurrándome al oído, sus senos en mi espalda, sus caderas sobre las mías, sus dedos hurgando en lo profundo.
Un frío comienza a recorrerme la espina dorsal, mi cuerpo entero se tensa y eso le da la señal de que ya el momento se acerca. Aplica presión, no cede, no deja de moverse.. Su respiración se entre corta a la vez que me pide que me venga.
Los dedos de los pies se me crispan, comienzo a sentirlo desde ellos subiendo por mis piernas, explotando en mis caderas acompañándolo de un grito ahogado
Abro mis ojos sólo para darme cuenta que ella no está ahí, estoy sola en la cama, desnuda y transpirando. Me siento nerviosa. No entiendo.
La busco y no la encuentro. Finalmente escucho su voz, muy lejos, pero la escucho. Revuelvo las sábanas, siento que proviene de ahí.
Se encontraba al otro lado del teléfono…
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